En los últimos tres años, las demandas de capacitación en negocios internacionales se incrementaron debido a un cambio de normativa implementado por el Banco Central y al horizonte de continuidad en el tiempo. La crisis de 2001 fue un antes y un después en muchos aspectos para el país. No se trató de una debacle económica más, sino que trajo aparejada una modificación muy profunda en la política de comercio exterior. Esto lo explica claramente Arnaldo Prieto, gerente en el sector comercial del área de Comercio Exterior del Banco Francés. "En la década del ’90, no había regulaciones cambiarias, por lo tanto, el mercado
era totalmente libre. De ese modo, se podía operar en comercio exterior
sin mayor conocimiento del tema". A partir de la crisis de 2001/2002, el Banco
Central comenzó a intervenir e implementó una serie de normativas, y la demanda
en capacitación creció. Según un informe enviado por el Ministerio de Educación,
entre 2000 y 2004 hubo un crecimiento del 27,14% en total general de inscriptos
en el área.
Para Prieto, este crecimiento se debe a muchos factores. "En 2001, se vio a las
exportaciones como la salida de emergencia. Pero después, la puerta de emergencia
empezó a ser un ingreso de divisas para el país, un camino para aumentar la producción,
la posibilidad de pagar las deudas. A partir de allí se generaron dos clases de
capacitaciones en comercio exterior: uno por necesidad de cumplir con las
nuevas normas y otro, por la competitividad en el campo comercial. La exigencia
de los mercados requiere un bagaje de conocimientos que permita sostener en el
tiempo las operaciones", apunta. Da como ejemplo a Chile, que tuvo una conducta
exportadora marcada en el tiempo y eso le dio resultados que están a la vista.
Datos concretos
Según el Ministerio de Educación, la cifra de inscriptos en carreras de grado
y pregrado de comercio exterior en el año 2000 fue de 4.812 mientras que en
2004, la cifra ascendió a 6.306, un 31,4% de incremento. En posgrados de 102 inscriptos
en 2000 se llegó a 169 en 2004, un 65% de incremento. Muchas universidades no
tenían en su curricula la carrera de comercio exterior y la agregaron posteriormente,
como es el caso de la Universidad Católica de Salta, la Universidad de la Marina
Mercante o la Universidad del Salvador. Estas cifras suponen un panorama alentador
en materia de exportaciones y marcan un antes y un después en el área
de comercio exterior. Según el gerente comercial del Banco Francés, la Argentina
empezó tarde, porque todavía exporta productos primarios. "Históricamente,
habíamos entrado y salido de los mercados, cualquier persona exportaba según las
circunstancias y las conveniencias.
Tomar a las exportaciones como salvavidas no es correcto, cuando se trabaja
en comercio exterior, las cosas se deben planear porque los mercados se
ganan con el tiempo, con la maduración del mercado, con una conducta permanente,
con un país serio que mantenga su política cambiaria. Una de las claves es salir
de las commodities y crecer en valores industrializados, para ello, la capacitación
es imperiosa", dice Prieto.
A pesar del gran crecimiento en materia exportadora, la Argentina aún no
logra posicionarse en el mundo. "El exterior quiere un producto confiable y de
buena calidad. Nuestra gran desventaja es básicamente geográfica, en efecto, el
hecho de estar tan lejos de los centros de consumo encarece los fletes. Además
no tenemos un volumen importante todavía y aún no podemos imponer un producto",
comenta Prieto. Otro factor negativo es la falta de frecuencia en barcos y aviones
que permitan llegar al exterior con un producto perecedero. Eso implica una falla
logística que complica la labor de los operadores de comercio exterior.
Hacia donde se apunta
La carrera de comercio exterior fue creada a partir de una necesidad, ya
en la década del ’80, por la Fundación Banco de Boston, entidad que aún
ofrece su tecnicatura superior con el fin de formar profesionales con capacitación
integral para desempeñarse eficazmente tanto en empresas privadas, públicas o
como profesional independiente.
También el Banco Francés ofrece capacitación, con jornadas que llevan
a las provincias, que constan de un taller de comercio exterior para importadores
y exportadores y una charla con dos economistas cuyas visiones difieren, de
modo de poder interpretar un panorama para los años siguientes.
En las universidades, se apunta a la capacitación teórica. En este momento, la
Universidad de Palermo está enfocando el estudio de comercio exterior
a las PyMEs, consideradas claves para crecer en el área. Pablo Orlandi, director
del Centro de Estudios de Desarrollo Exportador (CEDEX) de la Universidad de
Palermo dice que en la UP hay un mayor interés en lo que se refiere a exportaciones
por el tipo de cambio favorable y por cierta capacidad ociosa del sector PyME.
Los precios relativos del mercado interno permiten un costo de producción muy
bajo y vendiendo a tres pesos por dólar se pudo instalar la cultura entrepreneur.
"En este momento, tenemos el foco en las PyMEs que exportan. La idea es
formar a los que no saben exportar. Las PyMEs son las única forma
que tienen países como la Argentina para diversificar sus exportaciones.
Hay que tener en cuenta que una PyME arriesga y una grande, no tanto. Actualmente
hay una cantidad enorme de empresas que están incursionando en los mercados por
eso se necesitan políticas que apoyen el largo plazo", explica.
Los empresarios que trabajan en el área se orientan a los seminarios específicos.
Teniendo en cuenta esa necesidad, el CEDEX organiza el seminario Expandiendo
las oportunidades de los negocios internacionales, que será dictado por el
profesor James Foley, director del International Trade Center el 10 de noviembre.
El objetivo es continuar con la política de la universidad en capacitar a directivos
PyMEs, emprendedores, profesionales del área y gerentes de corporaciones en
el proceso de desarrollo de nuevos mercados. Según Prieto, el futuro de las exportaciones
se vislumbra venturoso. "La Argentina va a tener que trabajar en posicionarse,
en abandonar el cortoplacismo y apuntar a la continuidad para mejorar la composición
de las exportaciones. De esa forma el crecimiento es casi seguro".
Por Marta Gatti. Revista Fortuna