Tomado como modelo teórico de economía de éxito, el chileno es el ejemplo de cómo potenciar la comercialización de su producto insignia, el cobre, con una estrategia de TLC que puede verse errática, pero que tiene un comportamiento planificado. Muchas veces señalado como ejemplo de lo que tiene que hacer el resto de las naciones sudamericanas para ser exitosas, Chile está un paso más adelante en varios aspectos que hacen al desarrollo futuro de una nación. Quienes exaltan los logros chilenos y marcan las diferencias con otras experiencias similares ponen a modo de ejemplo el éxito en materia comercial. Sucede que Chile firma acuerdos uno tras otro, y nada menos que con los grandes mercados del mundo. Así, sus exportaciones crecen a paso firme: en 2005 fueron de u$s 38.597 millones, cuando en el 2002 llegaban a u$s 17.430 millones. Y, a junio de este año, ya se sitúan en u$s 25.792 millones.
Actualmente Chile tiene acuerdos con Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, entre otros . Y recientemente suscribió un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, el emergente que mueve a la economía global.
Impacto Chino
Con la promulgación de este acuerdo, Chile se convierte en el primer país del mundo que tiene un TLC de esta naturaleza con China, logrando una desgravación inmediata al 92% de las exportaciones, mientras que un 7% se liberalizará en un plazo máximo de 10 años. De los 25 productos chilenos exportados a China, que representan casi el 98% de todos los envíos a ese país, sólo el yodo quedó excluido; en tanto que el resto tendrá un acceso arancelario preferencial desde la entrada en vigencia del acuerdo. "Vamos a crear más empleos, buenos empleos, vamos a incrementar nuestras exportaciones, y así contribuir de manera importante al crecimiento de la economía. Vamos a potenciar a las pequeñas y medianas empresas exportadoras y a recibir productos a un menor precio, beneficiando a los consumidores", señaló Michelle Bachelet, la presidenta de Chile tras el entendimiento comercial.
En el 2004, Chile exportó a China u$s 3.209 millones (las exportaciones de cobre representan el 78% del total). En el mismo año, el país trasandino importó del gigante asiático u$s 1.846 millones. El impacto del TLC se estima en que Chile exportará u$s 786 millones más que en 2004 (un aumento del 24,5%). Incluso, la expansión de las exportaciones chilenas totales al mundo (incluido China) alcanzaría los u$s 1.151 millones (superior en un 3,7%). Y las importaciones (sumado China) crecerían 0,9%, aumentando en u$s 208 millones.
La estrategia
¿Cómo se traduce todo esto en la economía? Según las estimaciones que se hicieron, el PBI chileno aumentaría 1,4% y se crearían 34.500 puestos de trabajo. La agricultura y los productos del mar serían los que más expansión exportadora mostrarían.
La incógnita que subyace tras los acuerdos comerciales es cómo logra firmar los entendimientos con tantos países de peso en el mundo. ¿Cuál es el secreto? "Chile tiene una economía muy abierta y competitiva. El mayor interés de las autoridades, empresarios y trabajadores es entrar en nuevos mercados y comerciar con el resto del mundo. Al mismo tiempo, no hay mayor temor a abrir el mercado nacional a importaciones", le dijo a Fortuna Sebastián Edwards, profesor de la Universidad de California (UCLA) y ex economista jefe para América Latina del Banco Mundial.
Otras explicaciones suma Claudio Fuentes, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Chile. "Su política de reducción unilateral de aranceles le permitió desarrollar una serie de acuerdos. La totalidad de los mismos fue firmado en democracia, por lo que el elemento político también es relevante", explica. Además agrega otro factor no menos importante que son los bajos niveles de industrialización en Chile, por lo que una rebaja arancelaria no implicó presiones domésticas como podría ocurrir en otros países.
¿Qué resultados tuvieron los reiterados acuerdos que firmó Chile en su economía? Fuentes afirma que, en general, fueron positivos. Igualmente destacó tres temas pendientes: las políticas de propiedad intelectual, la protección al medio ambiente colocando mayores estándares y avanzar hacia un nuevo estadio de desarrollo. "Chile sigue siendo un país subdesarrollado, con fuerte desigualdad en el ingreso y falta de desarrollo en nichos productivos con valor agregado", remarca.
Independencia
Entre los aspectos más destacables que tiene la estrategia comercial chilena sobresale el hecho de no haberse atado a ningún bloque para lograr acuerdos. Eso le permitió negociar "cara a cara" con los más grandes en base a sus propias conveniencias sin depender de buscar consensos con varios participantes. Entre los críticos más acérrimos del MERCOSUR está Edwards (que es chileno). El profesor de UCLA cree que los fracasos en materia comercial de los países miembros son justamente debido a ese acuerdo. "Hay dos principios básicos en las negociaciones: quien no da nada, nada obtiene; y quien mucho da, mucho obtiene. Chile da mucho, y por eso firma un tratado tras otro. Esto contrasta con la actitud del MERCOSUR, un acuerdo comercial nostálgico y anticuado que le ha causado mucho daño a la Argentina", sentencia Edwards.
Problemas y desafios
Las asimetrías entre las economías latinoamericanas son marcadas y eso imposibilita una comunión estratégica para negociar acuerdos con los mercados desarrollados. Esto, y la reticencia de los países centrales a liberalizar la importación de los productos críticos (agrícolas principalmente), da como corolario los fracasos de la Ronda Doha y la imposibilidad de firmar el ALCA.
Entonces, hay quienes creen que dada esta realidad cada cual debería –en base a sus intereses- encarar la postura que más le convenga. Sin embargo, Fuentes señala que se debería avanzar hacia modelos de complementariedad económica. "Las asimetrías entre nuestras economías impiden acuerdos de alcance mayor, salvo que los "grandes" cedan y acepten perder algo en beneficio de los países más pequeños", remarca. Según manifestó, esto implicaría tres desafíos: primero, reconocer las asimetrías y negociar acuerdos diferenciados donde la nación más favorecida ceda en pos de la menos favorecida. Segundo, avanzar en políticas especificas como por ejemplo infraestructura, facilitación del comercio y energía. Y tercero, concordar reglas del juego comunes y cumplirlas. Por Leandro Gabin - Revista Fortuna