Los autopartistas lograron ventas al exterior por U$S 32,5 millones. El comercio exterior de Rafaela crecen desde 2001 por el lado que se las mire. Rafaela no tiene secretos. Su excelente actualidad económica, que el anterior ministro de Economía de la Nación, Roberto Lavagna, reconoció al definirla como una isla, tiene muchos argumentos detrás que le sirven de respaldo. Para directivos del Centro Comercial de esa ciudad, una clave es que el 98 % de las industrias son de capital nacional, por lo que no sólo se reinvierte la renta del trabajador, también la del empresario.
La otra es que hay producciones de valor agregado importante, sobre todo a partir de los autopartes, que abastecen a las principales terminales automotrices del mundo.
Lo del valor agregado es una cuestión decisiva: para ser un país rico hoy no basta con la riqueza natural; la riqueza hoy pasa por darle valor a la materia prima. De hecho, ¿cuánto de granos se necesita para comprar una sola cámara de fotos digitales?
Por eso los números de las exportaciones de Rafaela en 2005 no sorprenden, son más bien una confirmación para esta ciudad que posee 19 de los 22 ítems del clasificador industrial único.
De acuerdo con la información del Resguardo Aduanero Rafaela, dependiente de la Aduana de Santa Fe, las empresas rafaelinas que optaron por este servicio para realizar sus operaciones de comercio exterior han totalizado hasta noviembre, inclusive, casi U$S 150 millones en exportaciones.
Vale aclarar que no todas las empresas locales exportan por esta vía, pero de todos modos es una muestra cabal del potencial industrial de Rafaela, con 57.812 toneladas exportadas en mercaderías de distintos rubros productivos.
En 2004, por el mismo resguardo salieron 52.853 toneladas, que aportaron U$S 130 millones. Debe tenerse en cuenta que los datos de 2005 son sólo hasta el 2 de diciembre, lo que ratifica la verticalización de la curva de crecimiento.
El promedio semanal de operaciones sumó rendimientos por U$S 3.094 y lo más importante a destacar es el valor agregado de los productos que salen desde Rafaela hacia el mundo: U$S 2.569 por tonelada, muy por encima del promedio del país y de la propia provincia de Santa Fe, que no llega a los mil dólares en ambos casos.
Además, hubo grandes avances este año: hubo 1.990 operaciones contra 1.804 de 2004, por lo que el promedio semanal pasó de 35 a 41.
Por sectores
El sector autopartista del distrito industrial rafaelino, encabeza la cantidad de operaciones de comercio exterior exitosas, que arrojaron una cifra escalofriante de U$S 32.427.377 movilizados.
Por su parte, el sector productor de alimentos, si bien cuenta con menor cantidad de operaciones realizadas, supera a su par autopartista en cantidad de divisas manejadas, ya que se está hablando de U$S 107.063.498.
Si se observa la columna de las toneladas exportadas, también el sector alimenticio es mucho más voluminoso que el autopartista. Rafaela ha exportado en 11 meses más de 50 mil toneladas de alimentos al mundo y casi 3.500 toneladas de autopartes.
No obstante las comparaciones realizadas al ras de los cuadros específicos de las exportaciones desde el Resguardo Aduanero local, siempre es importantísimo destacar el nivel de valor agregado, de trabajo rafaelino, puesto sobre los productos generados en las fábricas del distrito cabecera del departamento Castellanos.
En materia de autopartes está el sector más productivo en valor agregado, con U$S 9.367 por cada tonelada exportada, mientras que en alimentos, el valor agregado asciende a U$S 2.139 por tonelada
Finalmente, desde 2001 hasta hoy, en plena crisis y saliendo de ella, las exportaciones mostradas desde el Resguardo Aduanero Rafaela no pararon de crecer en todos sus modos de ser medidas.
Un cluster de fierro
El cluster de autopartes de Rafaela es uno de los más fuertes de la provincia de Santa Fe, que lidera el modelo agroexportador por la exportación de granos a través de los puertos de Rosario.
Sus principales empresas son Basso SA (que es proveedor de válvulas 3B de John Deere, Peugeot Citršen, Ferrari, Kawasaki, Ford, Daimler Chrysler, Zetor, International y Voxan) y Edival SA (que ya es una multinacional argentina con sede en Rafaela, pues tiene sucursal en Portugal y provee a Volkswagen, Scania, Mack Trucks, Daimler Chrysler, Deutz Agco, y General Motors, entre otros).
Pero no son las únicas. Hay un cordón de firmas proveedoras de autopartes, que día a día nutren a los principales fabricantes de motores y partes estáticas de vehículos a nivel mundial.
El Litoral visitó este año algunas de esas plantas y a sus directivos, como VMG-Far (que hace bombas de agua para firmas de primer nivel mundial y que se encarga de los amortiguadores de un emblema norteamericano: la moto Harley Davidson); Aberaldo Pongolini (que produce guías y asientos de válvulas 300-Indy para Audi, BMW, Caterpillar, Cummins, Honda, John Deere, Isuzu, Mercedes Benz y Renault entre tantos otros y ahora también abrió una fábrica de fundiciones) y Etma (que hace crucetas y tricetas que van a más de 15 países), entre otras.
Otro cluster de fuerte importancia en la provincia es el de las maquinarias agrícolas en la zona de Las Parejas, Las Rosas y Armstrong.
Rafaela también se destaca en lo alimentario (por sus frigoríficos y la empresa láctea Williner) y en lo netamente agropecuario (a partir de los tambos y la producción granaria).
En cifras
148.544.368. Los dólares que exportó Rafaela desde el 1 de enero al 2 de diciembre de 2005.
57.812. El total de toneladas despachadas en igual lapso por el Resguardo Aduanero de Rafaela.
74.645. Los dólares que promediaron las operaciones.
3.094.674. El promedio semanal de dólares ingresados desde el exterior a Rafaela.
176. El total de operaciones efectuadas.
20. Las operaciones por semana que hace el sector autopartista.
Al proyectarse los datos a todo 2005 se calcula que las exportaciones totales llegarán a los U$S 160.923.065 FOB (hasta el barco). Cabe recordar que todos estos datos son hasta el 2 de diciembre, por lo que en los últimos días del año mejorarán estos excelentes números del comercio internacional rafaelino.
Por Martín Scandol y Claudio Giannetti
El Litoral