Para los vinos argentinos se abre un abanico de mercados a desarrollar (Este de Europa, Sudeste Asiático, Países Nórdicos, Canadá), donde el consumo de vinos de calidad está aumentando; en gran parte de estos países, la llave de entrada es el cumplimiento de las normas de calidad internacional. La realidad indica que hay un nuevo marco competitivo, debido a los grandes cambios tecnológicos, la globalización y la rapidez de transmisión de conocimientos e información, que crea a su vez una demanda cada vez más exigente y sofisticada.
En esta transformación de las empresas, el trabajo constante en la gestión de calidad regirá la producción, en especial la de los alimentos, durante los próximos años, ya que aumentan continuamente las garantías de sanidad e inocuidad de los mismos. Desde la materia prima, pasando por el proceso tecnológico, los controles y la higiene en todo el proceso y el personal que deberá ser capacitado permanentemente, todo deberá adecuarse a las normas de calidad internacionales.
La necesidad de la aplicación de sistemas de calidad garantizada para la producción es un hecho ya reconocido a nivel de empresas productoras de alimentos, ya que la desconfianza de los consumidores en los sistemas de control es cada vez mayor, especialmente en cuanto a la presencia de residuos de plaguicidas en los de origen vegetal, y también es cada vez mayor la creencia que los sistemas de producción afectan el medio ambiente. Es por ello que se habla de una “nueva calidad”, diferente al concepto clásico que la calidad de un producto implica que éste pueda cumplir unos criterios mínimos, asumidos por su productor. Actualmente, el significado de amplía y profundiza, y se define como la “capacidad de responder a las demandas explícitas e implícitas del consumidor”, al margen que el producto haya superado con éxito los controles del productor o fabricante, y exige un sistema de “gestión de calidad” garantizado por terceras partes.
En todos los casos, la certificación que se cumple con determinadas normas de calidad la realiza una empresa certificadora, quien declara por escrito que un producto, proceso o servicio cumple con los requisitos predeterminados. El producto certificado da garantías a quien lo consume que cumple con determinadas exigencias y normativas, brindando finalmente seguridad al comprador y/o consumidor. Todo este proceso es controlado mediante la TRAZABILIDAD.
La TRAZABILIDAD es un conjunto de procedimientos y acciones que permiten identificar la materia prima con la que se ha producido determinado producto y la identificación de las características relevantes del proceso utilizado. Esta TRAZABILIDAD permite vincular la condición del producto en destino con daños que sean consecuencia del proceso de distribución, de producción o procedentes de la materia prima. En consecuencia, es una herramienta que permite mejorar los procesos a campo y en la bodega y en la posterior comercialización. Los productos terminados se identifican con un código de barras u otra forma (fecha y hora, número de lote, etc.) para relacionarlos con la materia prima de origen y el proceso productivo que la misma sufrió.
Los sistemas de TRAZABILIDAD son necesarios para cumplir con las exigencias de clientes y consumidores, para la introducción de sistemas de aseguramiento de la calidad y permite un seguimiento pormenorizado del funcionamiento de redes de negocios.
Tomando en consideración lo expuesto, el INV., en conjunto con la SAGPyA y el IRAM, ha implementado un programa de capacitación que permita a las empresas vitivinícolas, interesadas en insertarse en el mercado internacional de vinos, adecuar sus procesos y productos a las nuevas exigencias de sus potenciales clientes.
Los interesados pueden dirigirse a las Delegaciones del INV de todo el país para solicitar el formulario de preinscripción y base de selección para la 1º etapa de este programa.
PASOS DE LA 1ª ETAPA DEL PROGRAMA
1º) Una vez recibidas las preinscripciones de las empresas interesadas, y utilizando como base de datos la información en ellas volcada, se procederá a seleccionar un primer grupo de establecimientos que tendrá acceso al Programa.
2º) Esas empresas recibirán Capacitación en Trazabilidad y Normas de Calidad: Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), sin costo alguno, que se brindará al personal de estas que cumpla con el perfil adecuado: técnico responsable de los procesos de producción, elaboración y/o fraccionamiento.
Ante cualquier consulta comuníquese con el Instituto Nacional de Vitivinicultura, teléfono 0261-5216618
Ing. Raul Millán - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Ing. Alejandro Marianetti - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.