La Organización Mundial de Comercio (OMC) inauguró ayer su conferencia ministerial de Hong Kong para avanzar en las complicadas negociaciones de apertura de los mercados internacionales. Los ministros discutirán hasta el domingo sobre la reducción de subisidios y aranceles, pero no se espera que la Ronda Doha de liberalización del comercio internacional, iniciada en 2001, concluya en esta ocasión. Según advirtió el director general de la OMC, Pascal Lamy, "no existen soluciones fáciles". También expresó: "Tengo claro que la OMC no es de las organizaciones más populares del mundo". El secretario general de la ONU, Kofi Annan, apeló en una declaración escrita a no defraudar las esperanzas de millones de personas que aspiran a salir de la pobreza. La Unión Europea (UE) se convirtió al inicio de la conferencia en el blanco de las críticas por los altos subsidios con los que protege su agricultura de la competencia extranjera. El G-20, liderado por Brasil e India, exigió la eliminación total de las ayudas estatales a las exportaciones agrícolas en los próximos cinco años.
Hasta ahora la UE no ha mencionado una fecha probable para desmantelar sus subsidios. El ministro indio de Industria y Comercio, Kamal Nath, señaló que "las subvenciones a la exportación deben ser eliminadas de manera inequívoca". Pero el secretario de Estado del Ministerio de Economía alemán Michael Glos se defendió afirmando que es injusto acusar a la UE como único responsable del futuro del acuerdo, y subrayó que el bloque ya ha presentado una oferta concreta sobre reducción de aranceles. El ministro alemán de Agricultura, Horst Seehofer, exigió concesiones de parte de Brasil, India y Estados Unidos para avanzar en las negociaciones. La ministra francesa de Comercio, Christine Lagarde, instó a la Comisión de la UE a permanecer firme en la cumbre.
"En la medida en que no haya propuestas serias de India y Brasil a cambio de la oferta condicionada de la Comisión a fines de octubre, la Comisión tendrá que permanecer dura. A diferencia de los otros estados desarrollados y países emergentes, la Unión ya efectuó considerables esfuerzos", opinó Lagarde. "No entra en consideración la cuestión de si la Unión Europea presentará una nueva oferta", señaló. Por su parte, el representante comercial estadounidense, Robert Portman, rechazó los ataques del comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, contra las ayudas alimentarias de Estados Unidos para los países pobres.
Mandelson criticó esta forma de ayuda afirmando que causan distorsiones en el delicado equilibrio del comercio local, y debe ser reemplazado por ayudas con dinero en efectivo. "La reforma radical de la ayuda alimentaria estadounidense es una parte imprescindible de cualquier acuerdo que podamos cerrar en esta conferencia sobre la eliminación de subsidios a la exportación", dijo Mandelson. Lamy se mostró confiado en la posibilidad de un acuerdo sobre este tema entre las dos principales comerciales del mundo. Al mismo tiempo, Mandelson instó a Japón y a Estados Unidos a seguir el ejemplo europeo y abrir sus mercados a los productos de los países más pobres sin aranceles ni cupos de importación.
Un acuerdo en este punto parece posible en la conferencia de Hong Kong. Se espera que el bloqueo del las negociaciones en materia de agricultura, bienes industriales y servicios retrasen la conclusión de la Ronda de Doha hasta 2006 o principios de 2007. El objetivo declarado de Lamy en Hong Kong es cumplir "entre el 55 y el 66 por ciento" de la hoja de ruta de Doha.