La falta de previsión de muchos productores suele ser el motivo del fracaso de sus negocios, que no deben basarse en la especulación. En estos días, la mayoría de los empaques de fruta cítrica realizan tareas de mantenimiento y reparaciones de fin de campaña, para dejar a las maquinarias en condiciones operativas para el próximo año. Una vez más el sector limonero aumentó los volúmenes de fruta fresca exportadas a los diferentes mercados del mundo y desarrolló nuevamente este año un importante rol en la Unión Europea, en cuyos mercados los cítricos argentinos encontraron una muy buena aceptación y con buenos precios. No obstante, quedó un sabor amargo por los valores pagados por algunas industrias locales que, a pesar de haber sido alertados del mal momento de las industrializadoras, no lograron encontrar una salida acorde con sus pretensiones.
El juego de la producción suele tener estos resultados. Durante las últimas semanas salieron al exterior unos 1.500 pallets de limón frente a los más de 25.000 que suelen exportarse semanalmente en plena campaña exportadora. La venta de limones volvió a crecer en 2005 y superó la suma de 315.000 pallets enviados al exterior frente a los 278.579 de igual fecha del año pasado.
En el caso del pomelo también se experimentó un crecimiento en los envíos al exterior con 33.976 pallets frente a los 28.900 de 2004. En naranjas, también se registró una suba este año. Se logró exportar 105.044 pallets, cuando en la campaña pasada se registró 98.684.
Estas cifras indican que, a pesar de los problemas vividos, los cítricos siguen en carrera y que el limón sigue siendo el fruto más competitivo en venta, ya que supera por lejos a los envíos de otros frutos al exterior.
Uno de los grandes desafíos que deberá enfrentar el sector productivo tucumano será entender que el negocio del limón no pasa por la especulación sino por la programación. Los productores no pueden organizar su campaña exportadora sobre la marcha. Es necesario que previo al inicio de la cosecha acuerden con sus compradores los programas de exportación. Así se evitarían las especulaciones y la falta de cumplimiento de programas que suelen ocurrir todos los años cuando se intenta corregir sobre la marcha.
La falta de definiciones de muchos productores suele ser el motivo del fracaso de sus negocios . Un gran sector sabe muy bien cómo producir pero no se preocupa por conocer el verdadero comportamiento de los mercados. El limón es un fruto vivo que, una vez que alcanza su desarrollo, debe ser despojado del árbol en forma inmediata para venderse en su mejor momento de madurez fisiológica. Si la cosecha es demorada por cuestiones de mercados o bien especulativas se produce un fenómeno de envejecimiento, que hace que el rendimiento de embalado caiga en forma alarmante y que sus condiciones de calidad no sean las mejores para afrontar un período largo de tiempo hasta sus ventas, en los mercados de destino.
Por eso debe entenderse que sólo con la programación, la coordinación y el planteamiento de una estrategia comercial profesionalmente sólida, el sector podrá salir airoso en cualquier campaña exportadora, por más difícil que se presente.
La gran cantidad de frutos que cuelgan de los árboles de limón hacen predecir que el limón de verano, cuyo destino será el mercado interno, no tendrá un buen año. Se espera una oferta excesiva, una gran informalidad y un mercado sin grandes reacciones, ni siquiera en los mejores momentos de las vacaciones.
No se esperan buenos precios por la sobreoferta en todos los mercados del país. Esto pronostica un verano difícil desde el punto de vista comercial.
No obstante, y a pesar de todos estos inconvenientes, el sector productivo si quiere seguir en carrera, tendrá que seguir apostando al limón y efectuar todas las tareas culturales necesarias para obtener frutos con la suficiente calidad, como para ser aceptado en los mercados más exigentes. Esto será lo único que le permitirá al productor defender su precio en cualquiera de los mercados sobreofertados de Europa y de Rusia.
Ernesto José Caram.
Fuente Diario La Gaceta de Tucumán