A pesar de las diferencias, ambos bloques no descartan que el acuerdo general concluya este año. Lo que está en juego es la creación de la mayor zona de libre comercio del mundo. El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea "podría cerrarse en tres días" o bien "discutirse durante meses", ya que la dificultad actual es "cuantificar las ofertas" con la negociación de la OMC aún indefinida, sostuvo el director de Agricultura de la Comisión Europea, José Manuel Silva Rodríguez.
En el marco de su visita a Buenos Aires, donde se reunió con su par argentino Miguel Campos, Silva Rodríguez, el segundo de la comisaria de Agricultura, Marian Fischer Boel, explicó que la dificultad en la negociación del acuerdo pasa hoy "por cuantificar cosas que son paralelas", en referencia a la apertura de los mercados agrícolas europeos en contrapartida con la apertura de los mercados industriales y de servicios del Mercosur.
Sin embargo, señaló que en este aspecto "hay margen de maniobra que se puede mitigar" y que la dificultad técnica "en un momento determinado se puede cambiar".
"Si hoy me preguntan si el acuerdo se puede cerrar en tres días, digo que sí, y de la misma manera también digo que las negociaciones pueden seguir por meses", dijo el funcionario comunitario en conferencia de prensa.
Para Silva Rodríguez, lo que frena en la actualidad el avance en el acuerdo "es que está la sombra de Doha", al aludir las tratativas multilaterales de la OMC, donde se discuten los subsidios agrícolas, que marcan "un momento delicado, ya que la Comisión Europea tiene un mandato conjunto" para ambas negociaciones.
"Políticamente hay voluntad" de llegar al acuerdo, resaltó y señaló que "no hay elementos que impidan la negociación".
En ese sentido, fue gráfico al afirmar que "el hecho de que no podamos estar de acuerdo en la cantidad de bifes o en la cantidad de seguros que estamos dispuestos a admitir de uno u otro lado, no significa un bloqueo de la negociación".
"Las cuotas que ofrecemos para los productos agrícolas no quiere decir que no sean progresivas. Una oferta puede tener flexibilidades; podemos dar flexibilidades en agricultura como también puede dar el Mercosur flexibilidades en servicios. Los acuerdos se pueden revisar", precisó.
En cuanto a las posturas de las potencias en las negociaciones de la OMC, Silva Rodríguez diferenció las aspiraciones de Europa con las de Estados Unidos y resaltó un mayor acercamiento de los europeos al Grupo de los 20 de países en desarrollo.
"En la Unión Europea hubo una dinámica, un trabajo para estar más cerca del G-20. Estados Unidos ha estado más estático", sostuvo al reseñar los movimientos de las potencias luego del fracaso de la última reunión ministerial de Cancún hace dos años.
Además, destacó que la Unión Europea "no tiene especial interés en la apertura de los mercados de países en desarrollo, que sí tiene Estados Unidos porque exporta commodities, por lo que nuestra comprensión de la situación, por ejemplo de India, va a ser muy diferente a la de Estados Unidos".