La puesta en vigencia de la Comunicación A 4415 del Banco Central, que paralizó el viernes último la actividad de comercio exterior en todos los bancos del país, tuvo que ver con la necesidad de "definir qué es una prefinanciación", en contraposición con los préstamos financieros alcanzados por un encaje, como forma de frenar los "capitales golondrina". En la víspera, se realizaron en BCRA varias reuniones con las cámaras bancarias y otra con la Cámara de Granos, Aceites y Oleaginosas (Ciara) para encontrarle una salida al problema de la interpretación de la norma, surgido de la velocidad de implementación, ya que tomó por sorpresa a bancos y clientes.
La autoridad monetaria les aseguró a bancos y exportadores que, "si es necesario haremos una circular aclaratoria sobre algunas cuestiones técnicas", aunque la fuente consultada señaló que "no existe por parte de los bancos ninguna objeción de fondo". El vocero señaló que no cree que "a partir del lunes haya problemas con aquellos que presenten las cosas en regla".
La circular busca evitar que muchas operaciones que se inician como una prefinanciación de exportaciones puedan ser préstamos financieros encubiertos, situación que queda sujeta a una permanencia de un año con un encaje de 30 por ciento.
La nueva norma dispuso que todas las operaciones que cursen los bancos deben contar con un contrato o una orden de compra en firme y fijó como plazos de embarque 60 días para bienes industriales, 365 días para bienes de capital y 120 días para el resto de las mercaderías.
Paralelamente, se impuso como condición excluyente que las deudas pendientes en concepto de anticipos y prefinanciaciones de exportaciones con no residentes y/o exterior financieras locales estén respaldadas con contratos u órdenes de compra en firme de importadores de bienes del exterior. Y se dispuso que las deudas por prefinanciaciones de exportaciones vigentes a la fecha deberán ser canceladas con anterioridad a los nuevos ingresos por el mismo concepto que se registren por el mercado de cambios, lo que entorpece el mercado hacia atrás.
El Banco Central señaló que "el objetivo es asegurar la atención, en períodos razonables, de las actuales acreencias, a fin de evitar que -a partir de la nueva normativa- se produzca una preferencia hacia las operaciones que ingresan con un plazo máximo para la concreción del embarque".
A fines del mes de julio pasado, las deudas por anticipos y prefinanciaciones de exportaciones de bienes con acreedores del exterior totalizaron unos 6.000 millones de dólares, con un incremento interanual de unos 1.500 millones de dólares. Unas mil empresas se encontrarían operando bajo las condiciones que quiere cambiar el Banco Central. DyN