El Mercosur y la Unión Europea volvieron a encarrrilar sus negociaciones en procura de alcanzar un acuerdo de libre comercio, luego de un serie de estancamientos y desencuentros que se prolongaron durante un año.
La reunión a nivel ministerial realizada en Bruselas concluyó con un acuerdo de fondo, al que se denominó “hoja de ruta”, que marca el ritmo de los contactos bilaterales futuros entre el bloque de los 25 países de la UE y el Mercosur.
Pese a que no hay una fecha clave indicada, el comunicado final aprobado al término de la cita indica que habrá una nueva reunión ministerial “en la primera parte de 2006”.
A la reunión en Bruselas asistieron el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna; dos ministros de Brasil, el canciller Celso Amorim y el responsable de Cooperación, Luiz Furlán; la canciller de Paraguay, Leyla Rachid; y Carlos Amorim, director general para el Mercosur de Uruguay, que tiene la presidencia de turno del bloque.
Del lado europeo, estuvieron presentes tres comisarios: Peter Mandelson (Comercio), Benita Ferrero-Waldner (Relaciones Externas) y Mariann Fischer Boel (Agricultura).
La breve nota final recuerda, entre otros temas, que las negociaciones deberán tener muy en cuenta “las vías y los instrumentos a través de los cuales avanzar hacia un resultado ambicioso y equilibrado, que considere los diferentes niveles de desarrollo de ambas partes”.
Este punto fue muy destacado por Lavagna, quien subrayó que las reuniones deben apuntar a “reducir las diferencias socioeconómicas” entre el viejo continente y los cuatro países del Mercosur.
Trato especial
Al término de un diálogo anterior que mantuvo a solas con Mandelson, Lavagna había señalado la importancia de que las negociaciones no olviden un “tratamiento especial y diferenciado” a favor del Mercosur, que le permita, por ejemplo, beneficiarse de “condiciones flexibles” a la hora de ejecutar el desmantelamiento arancelario a que obligará el acuerdo.
En el frente europeo, tanto Mandelson como Ferrero-Waldner expresaron que las discusiones con el Mercosur están inevitablemente vinculadas a las negociaciones de Doha en el ámbito multilateral de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Sobre este punto insistió también Fischer Boel, que expresó que la cuestión del enganche entre ambas negociaciones debe valer sobre todo en el tema agrícola, que es el área clave para el Mercosur, y en el que -subrayó la comisaria europea- Europa “tiene un solo bolsillo”.
Por su parte, la UE espera del Mercosur una fuerte apertura en inversiones, compras públicas y servicios, que encuentra resistencias, sobre todo, en Brasil, según el punto de vista de los negociaciones europeos.
A la espera de avances o resultados concretos de la ronda de Doha en Hong Kong, antes de fines de año, en la mesa de ambos bloques quedó el cronograma de las dos próximas reuniones, ambas a nivel de coordinadores, en noviembre de este año y febrero de 2006.
EFE