El gobierno nacional pretende impulsar una sustitución “eficiente y competitiva” de importaciones, que permita generar empleo. En el sector ya habían previsto inversiones para este año por 208,5 millones de pesos, o sea el 53,9% más que durante el 2004. Las empresas esperan concretar exportaciones conjuntas por 1.700 millones de dólares. Mientras aguardaban que el gobierno nacional anunciara un régimen de incentivos para el desarrollo de la actividad, en la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) recordaban la larga tradición sectorial. Esta se inició en la década del ’30 del siglo pasado -la entidad se fundó en 1939-, con el armado de partes y carrocerías provenientes del exterior. Posteriormente, Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME) sistematizó esfuerzos en tal sentido para sus vehículos y, más adelante, con una ley de inversiones extranjeras se aprobó el “Régimen de promoción de la industria automotriz”.
Después de que la producción de autopartes se destinó durante años casi totalmente
a satisfacer la demanda interna, en la década pasada atendió crecientes exigencias
de las terminales de nuevas tecnologías y mayor calidad, como asimismo de cambios
de modelos. Y mientras las empresas instaladas encaraban inversiones significativas,
se radicaban transnacionales, mayormente al adquirir o formalizar “joint ventures”
con las locales. Unas y otras exportaron más allá del Mercosur, pero sin
poder evitar aquí las consecuencias de la apertura de las importaciones, competencia
que se atenuó al abandonarse la convertibilidad y devaluarse, en enero del 2002.
A pesar de todo, dos años más tarde la AFAC nucleaba a 400 firmas, que ocupaban
a 33.700 personas (15% más que en el 2003), facturaban 8.400 millones de pesos
(34% más), e invertían 135,5 millones. Con el propósito de incrementar la capacidad
instalada para acompañar el crecimiento de las terminales, proyectaban para este
2005 otros 208,5 millones (suma 53,9% superior a la anterior y que no incluía
a proveedores de materias primas, como chapa y caucho).
La mayor cantidad de autopartistas se instaló en Buenos Aires y Córdoba, con el 44% y 30% del total, respectivamente. Otras provincias con tales presencias, fueron Tucumán, San Luis, San Juan, La Rioja y Tierra del Fuego.
“Se trata de una ola de acompañamiento al crecimiento de la industria automotriz”, explicó Rodolfo Achille, presidente de la mencionada entidad, convencido de la factibilidad de “un horizonte de continuidad de 10 años, sobre todo por las posibilidades de exportación”, que el año pasado aportaron 1.800 millones de dólares.
Algunas autopartistas aceleraron sus planes:
* Basso (Rafaela, Santa Fe) fabrica válvulas que le permitieron convertirse
en proveedor original, por ejemplo, de Ford, Chrysler, Fiat, Peugeot-Citroën y
Renault. Exporta casi el 90% de su producción y ejecuta un programa trienal de
25 millones.
* Delphi, que hasta 1999 fue controlada por General Motors, y después por
la norteamericana homónima, llegó a tener tres plantas en el país, pero por la
crisis levantó la de radiadores Richard, la de mazos de cables en Río Segundo,
Córdoba, y mantuvo Famar Fueguina, en Tierra del Fuego, de módulos de control
de inyección y de seguridad, sensores y carrocerías. Ahora proyecta otra en la
provincia de Buenos Aires.
* Edival (válvulas, guías y asientos para motores) invierte 9 millones
de pesos en su establecimiento de Rafaela, Santa Fe, donde concentra el 90% de
su producción (el 10% restante lo hace en el portugués de Braga, que adquirió
en 5 millones de dólares en el 2002). Recientemente, se convirtió en proveedor
de la casa matriz de la sueca Volvo y de una planta en Detroit de DaimlerChrysler.
Proyecta invertir de 6 a 8 millones durante cinco años. * MB Ciganotto lleva adelante
un programa de 89 millones de pesos y adquirió una línea de prensas a Fagor Arrasate
(España).
* Prestolite Indiel, filial de la norteamericana homónima y única fábrica
local de alternadores y arranques, inauguró una línea de producción mecanizada
en La Matanza (Buenos Aires), y prevé 7,7 millones de pesos para incrementar en
un 20% la capacidad de producción. Coloca el 50% de la misma en Brasil, los Estados
Unidos, la Unión Europea, México y Chile.
* Taranto destina 2 millones de dólares a ampliar su fábrica en San Juan
de juntas de tapa de cilindro. Vende al exterior el 65% de su producción, incluso
a Reinz, de Alemania, la mayor comercializadora del rubro. Con una capacidad de
producción instalada de 800.000 vehículos anuales -representaría el 1% de la mundial-,
la industria automotriz argentina apenas la utilizó por sobre el 40%, entre marzo
y mayo de este año, obviamente sin recuperar el 45,7% de noviembre del 2004. De
las terminales salieron el año pasado 260.402 unidades; en el actual quizás sumarían
300.000, y en el próximo, si las perspectivas se mantienen favorables, 500.000.
También resultaron beneficiadas con la salida de la convertibilidad y la devaluación
y el año pasado enviaron 146.200 a 36 países -Brasil siguió siendo el mejor cliente,
pero lejos de los despachos de 1998-, que significaron 3.179 millones de dólares,
no obstante lo cual el saldo comercial fue negativo en 2.049 millones, ya que
se trajeron 311.961 vehículos
Semejante panorama y las mayores ventas a las concesionarias, impulsaron a las terminales a encarar nuevos proyectos y ampliar su oferta, pero sin dejar de reclamar al gobierno nacional medidas para seguir impulsando la reactivación, entre las que no faltó la reducción de la pesada carga impositiva.
Varias asignan especial importancia a la fabricación de unidades con mayor porcentaje de integración de componentes locales.
Asimismo:
* Volkswagen elevará su producción de cajas de velocidades de 530.000 en el 2004 a 700.000 en este año, que envía a Alemania, Brasil, España, Eslovaquia, Sudáfrica y México.
* Fiat Auto no reanudó la de vehículos -aguardaría para hacerlo que el mercado regional llegue a 3 millones-, pero derivará 150 millones de pesos a ampliar la de motores y cajas de cambio.
* PSA Peugeot Citroën comunicó que su casa matriz de Francia invertirá “equitativamente” 100 millones de euros para adquirir autopiezas en la Argentina y Brasil. Ayudará al desarrollo de las fábricas que seleccione para que se conviertan en proveedoras a largo plazo de sus plantas regionales y las que posee en Francia, España e Inglaterra. Además, se comprometió a comprar este año por 120 millones de pesos a autopartistas de Córdoba.
Finalmente, el Poder Ejecutivo Nacional devolverá lo adeudado por el “Plan canje”, en cómodas cuotas, y aprobó por decreto un plan trienal de fomento para la fabricación de autopartes con el citado reintegro, que será descendente -8% en el primer año, 7% en el segundo y 6% en el tercero-, para las terminales que reemplacen con ellas a las importadas.
La importante demanda de partes para vehículos usados, obligó a extremar las medidas de seguridad. En el 2003 se sancionó y promulgó la ley 25.761 y casi un año más tarde se aprobó el decreto reglamentario 744, con disposiciones que deben cumplir las personas físicas o jurídicas que desarmen un automotor de su propiedad o de un tercero y aquellas que se dediquen a la comercialización de repuestos usados. No obstante, subsisten los desarmaderos y los negocios ilegales.
Por Miguel Angel Fuks