Exportación, la salida que queda
Un estudio de la Cepal revela que la devaluación, combinada con la crisis del mercado interno, dividió aguas en el frente industrial. Sólo las que tienen posibilidades de encontrar mercados en el exterior contarían con posibilidades ciertas de subsistencia. La devaluación dividió las aguas entre las empresas con capacidad exportadora y las que dependen exclusivamente del mercado interno. Las primeras disfrutan de un fuerte aumento de rentabilidad, mientras que muchas de las segundas siguen penando por la recesión. En este último segmento son mayoría las pequeñas y medianas empresas, pero también las grandes dicen verse afectadas por ese problema.
La Cepal difundió ayer una investigación referida a qué pasó con las 350 compañías más grandes del país en el primer semestre de este año. Uno de los datos sobresalientes es que siete de cada diez empresas aseguran que su principal dificultad fue la caída de la demanda interna. Eso determina dos cosas. La primera es que la solución a la vista es aumentar las exportaciones. La segunda es que sólo un 6 por ciento de las firmas prevé aumentar sus dotaciones de personal en el corto plazo. “No podemos ser ingenuos y pensar que hemos superado la crisis. Hay sectores con altos porcentajes de capacidad instalada ociosa”, enfatizó Luis Pagani, presidente de Arcor y de la Asociación de Empresarios de la Argentina (AEA), al disertar en el seminario de la Cepal. Entre las 350 compañías más grandes, la utilización de la capacidad instalada se ubicó a mitad de año en el 72 por ciento. El sector más golpeado fue el automotor, que estuvo produciendo sólo al 34 por ciento de sus posibilidades. En la otra punta quedaron las petroleras y mineras, con el 91 por ciento de utilización. Pagani se encargó de resaltar que el veranito financiero aún está lejos de reflejarse en la producción, poniendo en cuestión el discurso esperanzador del Gobierno.
Sin embargo, uno de los responsables de la investigación de la Cepal, Bernardo Kosacoff, indicó que la situación de los sectores productivos es mucho mejor, en líneas generales, que hace un año. Pero reconoció que hay una gran diversidad de casos. Esto se aprecia especialmente entre las pymes: aquellas que solían exportar antes de la devaluación lo están haciendo con mayor intensidad, otras empezaron a exportar, otra gran cantidad sigue afectada por la recesión y un último segmento logró aumentar sus ventas internas, aun cuando el mercado está en baja, debido a la caída de las importaciones que les competían.
Rolando Pietrantueno, presidente del Consejo Argentino de la Industria, señaló que la mayoría de las pymes seguirá estando en una situación complicada mientras el mercado interno continúe estancado.
Frente al señalamiento de Pagani, otro empresario líder, Paolo Rocca, consideró que “la economía ha tocado fondo y tenemos por delante la salida exportadora”. De hecho, la encuesta de la Cepal muestra que el 37,7 por ciento de las empresas tiene como estrategia elevar sus exportaciones tradicionales para compensar la falta de demanda interna. Otro 30 por ciento buscará mercados alternativos al Mercosur, y otro 20 por ciento desarrollará nuevos productos para exportación.
El presidente de Techint se animó a proyectar que “en cinco años se pueden duplicar las exportaciones” y, traccionada por ese motor, la economía crecer a un ritmo del 6 por ciento anual.
Rocca tomó el mismo dato de una capacidad instalada ociosa del 28 por ciento entre las grandes empresas para subrayar las posibilidades que tiene el aparato productivo de incrementar sus exportaciones. A pesar de su diferencia de enfoque con Pagani, ambos empresarios manifestaron que “el tipo de cambio debería estar en un nivel más racional”, por debajo de los 3,57 pesos actuales, aunque no marcaron una cifra precisa.
En el estudio de la Cepal, una de las razones que dan los empresarios sobre por qué no exportan más en este momento es que el financiamiento es insuficiente. Así lo menciona el 30 por ciento de los consultados. En segundo lugar identifican que sus precios todavía no son competitivos, con el 15 por ciento, mientras otro 13 por ciento dice que la escala es insuficiente.
Para el 2003 los empresarios estiman que aumentarán sus ventas al exterior en un 29 por ciento. Lo que parece improbable es que en el corto plazo haya más demanda de mano de obra. Sólo proyecta incorporarpersonal el 6 por ciento de las empresas. En el primer semestre de este año, en tanto, el empleo cayó en las grandes empresas el 2,6 por ciento.
Fuente: Pagina 12