El Mercosur puede servir como palanca para las relaciones internacionales

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Las exportaciones de la Argentina están entre las escasas variables económicas que registraron avances en casi las últimas dos décadas. El principal socio comercial pasó a ser la región conformada con Brasil, Paraguay y Uruguay, aunque en oportunidades esa posición también fue ocupada por la Unión Europea. El justicialista Roberto Lavagna fue secretario de Industria del gobierno presidido por el radical Raúl Ricardo Alfonsín que diagramó y negoció, en 1986, el acuerdo estratégico con Brasil, "pieza clave para la creación de un mercado interno ampliado que sirvió para buscar una inserción más activa en el contexto económico mundial".

Aquel acuerdo se amplió entre 1990 y 1991 a Uruguay y Paraguay, con adopción expresa de la denominación Mercosur, y fue ratificado en 1994 con el compromiso de una Unión Aduanera. Los 4 países delegaron parte del poder de decisión nacional en función del proyecto de interdependencia.
Al mantener un arancel externo común, renunciaron a fijarlos libremente. Otro tanto sucedió respecto de las negociaciones internacionales, tanto con la Unión Europea como con la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), por citar un par de ejemplos.

Mercosur se convirtió en una "marca reconocida" internacionalmente -según el actual ministro de Economía de la Nación- que en su momento atrajo inversiones por sus más de 800.000 millones de dólares de Producto Bruto Regional, 120.000 millones de comercio y enorme potencial en recursos humanos y naturales y mercados.

Pasó a ser el quinto agrupamiento económico del mundo, luego de la Unión Europea, el NAFTA, Japón y China y la segunda unión aduanera, detrás de la UE. En estos años el comercio de la Argentina con el Mercosur creció más que con el resto del mundo y el Brasil se convirtió, después de ser un mercado secundario, en el principal.
A su vez, la Argentina por momentos fue el segundo para Brasil, después de los Estados Unidos.

Ciertas tensiones se originaron porque en Brasil hay quienes suponen que un país en desarrollo y con fuertes compromisos por su deuda externa no debería tener déficit comerciales permanentes y crecientes.

Lavagna insiste en que los sectores público y privado conviene que desplieguen negociaciones activas en la Organización Mundial de Comercio, el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la UE, "a partir del Mercosur, que debe servir como palanca en el proceso".

Aunque el tiempo limitado del actual gobierno de transición no deja lugar para promesas de mediano plazo, consideró que sí lo deja para:

Identificar y lanzar algunos planes, como los que se hicieron respecto de la cadena de bienes industriales ligados al uso masivo del gas; el régimen de promoción de software y la biotecnología.
Evitar cualquier tipo de medidas que atenten contra las exportaciones o la inserción comercial de la Argentina en el mundo.

Paralelamente a los intentos de los principales habitantes temporarios del porteño Palacio de Hacienda para normalizar y estabilizar la economía y crear condiciones para la reactivación, trabajan funcionarios de la Cancillería y del Ministerio de la Producción. Martín Redrado, vicecanciller, destacó recientes avances en el Mercosur:

Como bloque, participa en las negociaciones referidas al proyecto de integración del ALCA y mantiene tratativas con la Unión Europea, la Comunidad Andina, México y otros naciones para acceder a mercados importantes.

A nivel intra-regional, los productos argentinos tienen un acceso prácticamente ilimitado al mercado deL Brasil, con un Producto Bruto Interno de 500.000 millones de dólares y más de 160 millones de habitantes. Las restricciones están siendo superadas por acuerdos técnicos y sanitarios, en particular aquellos de reconocimiento mutuo, al tiempo que se avanza en las áreas de servicios y de compras gubernamentales, donde la Argentina tiene nichos importantes para conquistar.

La intensificación de las relaciones entre la Argentina y Brasil constituyen un reaseguro para la continuidad del Mercosur.

Se cerró el acuerdo automotor con las modificaciones requeridas por la Argentina para incrementar las condiciones de acceso a Brasil. Si se agregan los convenios con México y Chile, aseguran la exportación anual de 200.000 vehículos.

El remozamiento del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos permitirá resolver dificultades entre ambos países, con intervención de los respectivos bancos centrales.

Se trabaja en una mejor interacción de los respectivos eslabones productivos, mediante actividades de complementación y especialización que propicien una mayor articulación regional y permitan incrementar la competitividad, en principio con los sectores automotor; textil y confecciones; madera y muebles, y carnes. A fin de mejorar las condiciones de acceso a los mercados, se impulsa el reconocimiento mutuo y la evaluación de la conformidad de productos.

El Protocolo de Olivos consagra el establecimiento del Primer Tribunal Permanente del Mercosur, aprobado por el Congreso de la Nación.

Se trata de facilitar las relaciones, en principio entre las poblaciones fronterizas de la Argentina y Brasil, tendientes a contemplar permisos de residencia, estudio y trabajo. En una segunda etapa se alentarán negociaciones en idéntico sentido para toda la región.

Lavagna recordó que una vez superada la sobrerreacción inicial en materia cambiaria, el patrón de referencia deberá ser la evolución ponderada de la competitividad y de las productividades relativas de los socios comerciales y no una sola moneda, menos aún aquella que tiende a valorizarse. Sobre las retenciones a las exportaciones, afirmó que "no sólo cumplen un papel fiscal que ayuda a salir de la crisis, sino también que escinden los precios internos de los internacionales en mercados de bienes esenciales". De cualquier manera, advirtió que no serán permanentes sino que constituyen "un instrumento de emergencia y para la emergencia".
La propaganda oficial aludió a la reducción dispuesta para productos con impacto sobre las economías regionales y a la modificación del sistema de pago de las correspondientes a las ventas al exterior inferiores a 20 millones de dólares, como para hacer coincidir los pagos con los momentos de cobranza.

Incluso se estudia la posibilidad de un mecanismo de compensación automática de pagos de retenciones con créditos de devolución del Impuesto al Valor Agregado.
Fuente: Diario Rio Negro