La Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional (SEPyME) elaboró un plan para favorecer la industria del software y los servicios informáticos (SSI). Más allá de alguno anterior parecido (ver aparte), cuenta con ventajas competitivas, potenciales para generar valor agregado y puestos de trabajo y relativamente bajas inversiones iniciales. Antes había sido incluido en los foros de competitividad del Ministerio de Economía y Producción.
Incluso se trazó un “Plan estratégico de software y servicios informáticos 2004-2014”.
En la “Declaración de San Nicolás” en abril último, representantes de unas 70 firmas convocadas por la CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de la República Argentina), presidida por Carlos Pallotti, reclamaron la aplicación de la ley 25.856, que declaró industria el software y le otorgó beneficios impositivos y crediticios. La aplicación se demoró y recién en junio del 2006 se concedieron a 28 pymes.
En aquella oportunidad se trató de definir, además, un programa para promover la evolución de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Felisa Miceli y Daniel Filmus, ministros de Economía y Producción y de Educación, Ciencia y Tecnología respectivamente, y representantes de organizaciones estatales y privadas crearon la Fundación “Dr. Manuel Sadovsky” para impulsar la realización y la exportación de productos con valor agregado y sumar puestos de trabajo.
En las postrimerías del 2006, el Observatorio Pyme de la Unión Industrial Argentina agregó a las informáticas a sus relevamientos. Comprobó que el 76,5% vendía al exterior con regularidad antes de la devaluación y que el 23,5% restante encontró un incentivo en el tipo de cambio vigente desde el 2002.
La ley 25.922 y medidas complementarias (el decreto 1.594/2004 del Poder Ejecutivo Nacional y la resolución 61/2005 de la Secretaría de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa) fueron aprobadas para firmas que se dedicaran a SSI, certificaran su calidad, derivaran a investigación y desarrollo (I&D) más del 3% de los costos y exportaran, como mínimo, el equivalente al 8% de sus operaciones totales. Determinaron una estabilidad fiscal de diez años y el 60% de desgravación del Impuesto a las Ganancias y admitieron que el 70% de las contribuciones patronales abonadas en cada período se transformara en un bono fiscal intransferible para pagar gravámenes nacionales.
Mediante el “Fondo de promoción de la industria del software” (Fonsoft), de abril pasado, se trató de capacitar recursos humanos y subsidiar programas de calidad y un observatorio de estudios.
La CESSI, en el 2003, presentó el documento “Crecer con tecnología”, con propuestas para TIC y, seguidamente, impulsó:
• “Empretic”, Centro de Emprendedores de las Tecnologías de la Información (TI) de Argentina, para motivar, formar y guiar un vínculo entre los emprendedores y el sector TI y asesorar en los proyectos y su aplicación.
• “Exportic”, con el propósito de promover las ventas al extranjero de TIC y difundir oportunidades de negocios para firmas aquí radicadas.
• “Finantic”, para inversiones en empresas del sector.
• “Generación TI”, destinado a quienes crean, diseñan y desarrollan software para el funcionamiento de tecnologías.
En los últimos años, se conformaron polos de firmas en Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Tandil y surgieron iniciativas en Mendoza, Bahía Blanca, Bariloche, Neuquén, Jujuy y San Luis. En la Sepyme informaron que el “cluster” de Neuquén nuclea a alrededor de quince. En éste y otros casos, la dependencia aportará asistencia técnica y financiera y a lo largo de dos años el 50% de los honorarios del coordinador grupal. En la ciudad de Córdoba se radicaron más de medio centenar de firmas de TIC y de tercerización de atención a clientes y usuarios (“call” y “contact centers”), entre las que figuran Motorola, Intel y EDS. Para hacer un parque tecnológico en el barrio porteño de Barracas, firmaron una carta de intención Telefónica y el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En tanto proyectaba un fondo de garantía para facilitar créditos, la entidad empresaria solicitó a distintos distritos que adhirieran a las medidas del gobierno central. Este mes firmó un convenio con el Ministerio de la Producción bonaerense, por el cual el Fogaba (Fondo de Garantías Buenos Aires) se comprometió a avalar el acceso a los préstamos.
A través del programa por aplicarse, la Sepyme pretende “federalizar” el crecimiento, vincular las firmas demandantes de TIC con las de SSI y utilizar agencias de desarrollo regional para acrecentar la importancia de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Estas últimas podrán acceder a aportes no reembolsables de hasta 75.000 pesos si incorporan sistemas de calidad y encaran nuevos productos (diseño, programación, etc.) y temas empresarios (imagen, estrategia comercial, investigación y desarrollo, estudios de mercado y publicidad y promoción).
Para abril, prometieron el Fonapyme TIC, con 10 millones de pesos y un esquema flexible de avales y garantías. Financiará bienes de capital, instalaciones, consultorías, servicios profesionales y recursos humanos propios hasta con 250.000 pesos y una tasa de interés efectiva bonificada.
Durante el segundo trimestre del año se conocerá el Fonapyme Bursátil. La suscripción llegaría al 50% de la emisión de obligaciones negociables, que no podrá superar los 1,6 millones de pesos.
El “Programa nacional de desarrollo emprendedor” complementará a partir del mes próximo la línea Fonapyme. Posteriormente, sería el turno de los créditos fiscales para capacitar personal. Para mayo próximo la repartición nacional organiza una misión institucional y comercial a Barcelona (España) y la visita de compradores extranjeros a Córdoba. Por si no fuera suficiente, preseleccionó al sector para un plan piloto del “Programa de desarrollo de complementación productiva en el Mercosur”.